Un desgarro del ligamento cruzado anterior (LCA) es una lesión común que afecta el ligamento que conecta el fémur (hueso del muslo) con la tibia (hueso de la espinilla) en la rodilla. El LCA es un ligamento importante que ayuda a estabilizar la rodilla y a prevenir el movimiento excesivo hacia adelante de la tibia.
Un desgarro del LCA puede ocurrir debido a una lesión repentina, como un cambio brusco de dirección, un aterrizaje incorrecto después de un salto o un golpe directo en la rodilla. Los síntomas de un desgarro del LCA pueden incluir:
- Un chasquido o un crujido en la rodilla en el momento de la lesión
- Dolor e inflamación en la rodilla
- Inestabilidad en la rodilla
- Dificultad para extender completamente la rodilla
- Sensación de que la rodilla se va a salir
El tratamiento para un desgarro del LCA depende de la gravedad de la lesión y de la actividad del paciente. En algunos casos, el reposo, el hielo, la compresión y la elevación (RICE) pueden ser suficientes para aliviar los síntomas. Sin embargo, la mayoría de las personas con desgarros del LCA necesitarán cirugía para reparar el ligamento. La cirugía implica reparar el LCA dañado con un injerto de tejido tomado de otra parte del cuerpo. Después de la cirugía, se necesita un período de rehabilitación para recuperar la fuerza y la flexibilidad de la rodilla.
Es importante buscar atención médica si se sospecha que se ha producido un desgarro del LCA. Un médico puede diagnosticar la lesión y recomendar el mejor plan de tratamiento.